LAVADO DE MANOS

 LAVADO DE MANOS

El lavado de manos es una práctica fundamental en la prevención de infecciones dentro de los centros de salud. Su correcta ejecución reduce significativamente el riesgo de transmisión de agentes patógenos entre pacientes, personal de salud y el entorno hospitalario. Este procedimiento, sencillo pero crucial, forma parte de los protocolos de bioseguridad y es una de las acciones más efectivas para evitar infecciones nosocomiales.




Tipos de lavado de manos:
  1. Lavado social o higiénico:

Se utiliza para la limpieza cotidiana y reduce la flora transitoria. Se aplica al ingresar a áreas clínicas, después de ir al baño, antes y después de comer, etc.

  1. Lavado clínico o antiséptico:

Se utiliza antes y después de atender a un paciente. Se emplea jabón antiséptico para reducir la flora transitoria y parte de la residente.

  1. Lavado quirúrgico:

Se realiza antes de procedimientos invasivos o quirúrgicos, con el fin de eliminar la mayoría de los microorganismos en las manos y antebrazos. Requiere una técnica rigurosa y más tiempo.


Importancia del Lavado de Manos en el Ámbito de la Salud:

El lavado de manos es considerado la principal barrera de defensa contra la transmisión de infecciones en entornos clínicos y hospitalarios. Su correcta práctica contribuye directamente a la reducción de enfermedades infecciosas, tanto en pacientes como en profesionales de la salud.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la higiene de manos puede reducir en más del 50% las infecciones asociadas a la atención sanitaria (IAAS), las cuales son responsables de complicaciones graves, aumento de la estancia hospitalaria, sobrecostos económicos y riesgo de muerte.


Ejemplos de enfermedades prevenibles con el lavado de manos:

  • Infecciones respiratorias.

  • Infecciones gastrointestinales.

  • Infecciones por bacterias multirresistentes.

  • Infecciones urinarias por catéter.

  • Sepsis hospitalaria.


💧 Los 5 momentos en los que debes lavarte las manos en una clínica:

1. Antes del contacto con el paciente

Para proteger al paciente de los gérmenes que pueda portar el profesional.
Ejemplo: Antes de tomarle la presión, ayudarlo a moverse, o tocarle el rostro.

2. Antes de realizar una tarea aséptica o limpia

Para evitar la contaminación de zonas estériles del cuerpo del paciente.
Ejemplo: Antes de colocar un catéter, inyectar un medicamento, curar una herida, preparar un equipo estéril.

3. Después del riesgo de exposición a fluidos corporales

Para protegerse uno mismo y evitar la propagación de microorganismos peligrosos.
Ejemplo: Después de manipular sangre, secreciones, mucosas, apósitos o guantes sucios.

4. Después del contacto con el paciente

Para no llevarse gérmenes del paciente al propio cuerpo o a otros pacientes.
Ejemplo: Luego de auscultar, cambiar la ropa de cama o tocar la piel del paciente.

5. Después del contacto con el entorno del paciente

Porque las superficies cercanas también pueden estar contaminadas.
Ejemplo: Al tocar barandas, mesas, equipos médicos, cortinas o el celular del paciente.






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